domingo, 16 de febrero de 2014

Se trata de Dylan


No se trata de las canciones. Aunque si fuera por canciones... Se podrían reunir los doscientos mejores cantantes del mundo y Bob tendría una gran canción, buena y distinta para cada uno de ellos, pero ¿quién quiere a otros cantando canciones de Dylan?

No se trata de la música. Aunque si fuera por música... Se podrían reunir las doscientas mejores orquestas del mundo y Bob tendría una buena melodía, grande y distinta para cada una de ellas, pero ¿quién quiere orquestas tocando canciones de Dylan?

No se trata de la poesía. Se podrían reunir los doscientos mejores recitadores del mundo y Bob tendría una letra distinta, buena y revolucionaria para cada uno de ellos, pero, ¿quién quiere a nadie recitando a Dylan?


Se trata del conjunto. Se trata de Dylan. Y es un tema de atmósfera. Bob es un creador de atmósferas, un iluminador de almas... un decorador, eso es lo que es Dylan, un decorador de almas.

De acuerdo, todos en un momento tonto hemos apagado la luz con la canción más absurda o meliflua, ya sea de los Beatles, de Julio Iglesias o hasta de Luis Miguel, cada uno es cada uno... pero no se trata de eso.

Se trata de otra cosa, se trata de que cuando llegas a Dylan, cuando el fogonazo te tira del caballo, cuando te atrapa el agujero negro dylaniano ya no eres dueño de la luz de tu alma, porque es él quien a su criterio, la ilumina, la oscurece o gradua la intensidad de la luz, el tipo el es puto amo, el jodido dueño del interruptor. Tiene ese poder y lo sabe. Es una especie de dios y lo sabe. Dios lo sabe. Dyos lo sabe. God knows. Bob knows.

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